domingo, 17 de julio de 2011

Como pasa el tiempo Eh!

No paraba de mirarme, ya se tornaba un poco incómoda la situación, pero me dejé llevar. Olvidé todo lo que tan cuidadosamente había meditado. Apoyé mi cabeza sobre su hombro, mientras una bandada de mariposas me vomitaban en la panza.
 Después de hablar un rato, me miró de costado, se volteó y me besó. Ahí empezó (y terminó) todo.
Mi mirada hacia él sin dudas no es la misma, pues el deseo a lo prohibido e inalcanzable había desaparecido. Pero sorpresivamente, después de este tiempo, me sigo poniendo nerviosa cuando me mirás a los ojos. Espero nunca perder esa sensación tan hermosa. Te quiero uchísimo :)

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