Y yo... yo traté de huir del dolor, de la decepción, corrí por las frías y desoladas calles de San Telmo. Me agobiaba esta tormenta que no quería enfrentar. ¿Cuál sería mi consuelo, cuál serían sus razones?
Decidí desaparecer, ser parte de la lluvia misma. De sentir cómo me quemaba este pesar. Nadie iba a buscarme, nadie iba a entenderme.
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