Y cuando le corté supe, ya desde el momento que nos saludamos, que ahí, en esa corta y tonta conversación se terminaba nuestra amistad. Justo ahí donde dice: “TALK”. Me pregunté varias veces por qué había pasado esto. Todo fue sin “estoy enojada con vos” ó “Me duele mucho lo que hacés” simplemente pasó con un “espero que seas feliz”.
Tantos años de amistad se esfumaban en un "chau, que estés bien."
Entristecí.
Sabía que no valía la pena, Que no se cambiaba una amistad por un amor, pero mi orgullo y su capricho y vanidad habían destruido todo.
Quise hablarlo con él, quise saber que esto no era en vano, quise escucharlo, sentirlo y amarlo.
Lo llamé pero no contestó. Le mandé un par de mensajes y no respondió. Fui hasta su casa. No estaba.
Confundida me senté y pensé, pensé mucho, hasta que cayó la noche. Reaccioné y me decidí por hablar nuevamente con mi amiga, estaba arrepentida de pelearme con ella.
Caminé hasta su casa. Le toqué timbre. Me atendió su madre y me avisó que estaba en su cuarto con un amigo suyo pero que podía pasar.
Nunca me costó tanto subir una escalera, nunca tuve tanto miedo de caer. Abrí la puerta de su habitación y ahí los encontré, a él y a ella, desnudos, besándose. Mis ojos se llenaron de lágrimas, bajé la mirada y no me salió más palabras que:
- ¿Justo acá y ahora?
Corrí y corrí hasta que mis piernas gritaron que parara. Me acosté en el piso, de alguna esquina de allá por San Telmo y lloré y reproché que ahora no tenia la amiga a la cual llorarle la pérdida del chico.
Pedí, pedí ser como un pingüino, que encuentran la pareja y nunca se separan. Lo pedí a gritos hasta que empezó a hacer mucho frío, me congelaba, me paré y al caminar me vi. Tenía alas, estaba vestida de blanco y negro y junto a mi pingüino juntaba las piedras para nuestro nido.
me hace acordar al de axolote, o a esquina peligrosa. Sacaste la idea de ahí no ?.
ResponderBorrarMasomenos, pero no. Este lo escribí el año pasado y quería hacer un cuento con algun tipo de transmigración.
ResponderBorrar