sábado, 4 de diciembre de 2010

Dreams

    Pasado un tiempo de aquella misteriosa fiesta, quedamos con Damián de reunirnos en costanera.
    Cuando lo vi, lo abrasé fuerte, muy fuerte y el me rodeó con sus firmes y blancos brazos, inseguro.
    Caminamos hasta el pasto, nos tiramos y miramos el cielo un tiempo.
  -  Sofi, no creo que podamos seguir saliendo así…
  -  ¿Por qué? – respondí
  -  Mirá… con Julián somos muy buenos amigos, además de que vos estés saliendo con él y no sé…  estas salidas… Hay, So, la verdad es que me pasan ciertas cosas con vos y no puedo arriesgar nuestras amistades.
    Bajé la mirada, pensativa y cuando me volví hacia él, caí que verdaderamente estaba allí a mi lado mirándome y yo… yo no podía contemplar algo tan bello, tan perfecto.
   - Entiendo lo que me decís Damián. Aunque me apena que todo esto termine acá, comenzaba a disfrutar de tu compañía.
    Me recosté sobre su pecho y disfruté de ese delicioso último momento, del rojizo atardecer, del sonido de los árboles meciéndose, de los latidos de su corazón y de la última vez que me iba a sentir tan querida.
    Nos levantamos, guardamos todo y caminamos en silencio hasta mi parada de colectivo. Lo saludé con un tierno beso en la mejilla y me fui, y perdí su paz, su cariño, su comprensión.

martes, 30 de noviembre de 2010

Es dificil dar el primer paso.

Lo más lindo es sentirse especial con alguien, sentirse querido, sentir que tu relación con esa persona no es igual a las demás. Lo más feo es darse cuenta que no es así.


I know, how I feel when I'm around you,
I don't know, how I feel when I'm around you.

martes, 23 de noviembre de 2010

Amaaaargas vacaciones

Bienvenido sea mi autismo. No quiero bancarlos más. Bienvenidas sean amargas, largas y tristes vacaciones.

lunes, 22 de noviembre de 2010

ASD

No soy perfecta, tengo un humor de mierda, soy de pensar las cosas antes de que me den gracia, soy muy estúpida, impulsiva, suelo aparentar ser idiota, me cayo bastante, acepto mucho las cosas que me hagan, soy un poco cagona pero creo que lo que menos soy, es de esas personas que dejan a las demás como segunda opcion, de las que apartan A SUS PROPIAS COMPAÑERAS, yo NO soy de esas. Seré bastante autista y me encerraré mucho en mi misma, pero si se trata de incluir a otras personas, no las dejo afuera.
 Ahora, considerando esto, considerando que trato de dar lo que sea por mis amigos, y a la gente que me cae mal, las ayudo porque son seres humanos también, ¿Me merezco que caminen adelante mio sin mirarme? ¿Que si entro a un lugar donde estan ustedes bajen la voz y se alejen? ¿Acaso me merezco, de parte de una amiga con la que estuve toda mi vida, que me banqué mil y una, le perdoné un montón de cosas, superamos una re pelea, que me deje como segunda opcion? Que me diga: "Si va ella vos no vayas, pero si ella no quiere ir y a vos ya te dije que no yo me quedo con las ganas" (reprochandome) Guacha, aguantatela, el karma te hizo no poder ir. Vos y tu estúpida manera de enfrentar las cosas, tu poca capacidad de aceptar críticas, te voy anticipando que así te va a ir mal. Asi de pelotuda te va a ir mal.
 No necesito más mierda, no necesito que me basureen, no necesito estar rodeada de egocéntricas, de egoistas, de hipócritas. ¿Qué tengo que hacer? Con las pocas personas que lo hablé me dicen: "Tenes mucha gente que te quiere, que te aguanta" Lo sé, pero duele que se caguen en vos, duele saber que para las personas que querías no seas más que un tal vez, que si no encuentran a otra persona te elijen a vos.
 Me harté de esta sociedad de mierda, me harté de todo. Lo único que queda por hacer es aguantar todo esto, y no pagar con la misma moneda, yo no soy la misma mierda que ellos.

Sé bancar la traición, donde sea el lugar
y no mancarme al caer
Levantarme y pelear.


VAYANSE TODOS A LA MIERDA.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Adiós, adiós.

Y cuando le corté supe, ya desde el momento que nos saludamos, que ahí, en esa corta y tonta conversación se terminaba nuestra amistad. Justo ahí donde dice: “TALK”. Me pregunté varias veces por qué había pasado esto. Todo fue sin “estoy enojada con vos” ó “Me duele mucho lo que hacés” simplemente pasó con un “espero que seas feliz”.
Tantos años de amistad se esfumaban en un "chau, que estés bien."
Entristecí.
Sabía que no valía la pena, Que no se cambiaba una amistad por un amor, pero mi orgullo y su capricho y vanidad habían destruido todo.
Quise hablarlo con él, quise saber que esto no era en vano, quise escucharlo, sentirlo y amarlo.
Lo llamé pero no contestó. Le mandé un par de mensajes y no respondió. Fui hasta su casa. No estaba.
Confundida me senté y pensé, pensé mucho, hasta que cayó la noche. Reaccioné y me decidí por hablar nuevamente con mi amiga, estaba arrepentida de pelearme con ella.
Caminé hasta su casa. Le toqué timbre. Me atendió su madre y me avisó que estaba en su cuarto con un amigo suyo pero que podía pasar.
Nunca me costó tanto subir una escalera, nunca tuve tanto miedo de caer. Abrí la puerta de su habitación y ahí los encontré, a él y a ella, desnudos, besándose. Mis ojos se llenaron de lágrimas, bajé la mirada y no me salió más palabras que:
- ¿Justo acá y ahora?
Corrí y corrí hasta que mis piernas gritaron que parara. Me acosté en el piso, de alguna esquina de allá por San Telmo y lloré y reproché que ahora no tenia la amiga a la cual llorarle la pérdida del chico.
Pedí, pedí ser como un pingüino, que encuentran la pareja y nunca se separan. Lo pedí a gritos hasta que empezó a hacer mucho frío, me congelaba, me paré y al caminar me vi. Tenía alas, estaba vestida de blanco y negro y junto a mi pingüino juntaba las piedras para nuestro nido.

jueves, 28 de octubre de 2010

Dios viste de negro.

Hasta ese momento creía que nada podría arruinar todo lo que estaba construyendo. Era una simple mujer de 23 años. Yo crecía junto a mi nueva familia: mi hija Lara de 2 años y su padre Fabián de 24 ¡Ah! Podría decir que aquello que tenía era hermoso.
Llovía. Llegue a mi casa tarde –como de costumbre- del trabajo. Me esperaba una cena rica y una cama calentita. Unos macizos brazos morenos me acobijaron por detrás y seguida la mirada –que hasta ese momento creía única- de mi hombre. Mi hijita cantaba a puro pulmón las canciones del CD de Maria Elena Walsh recordándome cuando yo lo hacia. Se me dibujaba una sonrisa en la cara, estaba feliz de que ella pudiera tener lo mismo que su madre.
- Larita, vamos a dormir que sino papá mañana no se levanta.
Me fui a acostar, exhausta por todo lo del día y de paso por lo del día siguiente. Cada sueño era sentir la libertad que creía tener en vida.
Como todos los días me desperté temprano junto a Fabián, levante a la criatura y seguí la rutina que por más de ser monótona me gustaba.
Ese día… como olvidarlo. Fue distinto por así decirlo. Me tome el 17. Allí vi un muchacho. Nunca lo había notado antes a esa hora. Mas allá de eso, me llamo la atención, despertaba algo dentro de mí que realmente desconocía. Lo investigué por un buen rato, aparentaba de unos veintitrés a veinticinco años. Llevaba puestas un par de zapatillas de lona, un jean, una camisa blanca, una corbata floja y, lo que mas me atrajo, tenia el pelo largo lacio hasta la cintura, adornado por un sombrero, de esos que estaban a la moda. Traté de no hacer caso a lo que sentía por aquel o quizás simplemente a esa sensación.
Pasaban los días, yo lo seguía viendo y un único sentimiento se iba apoderando de los otros. Sin darme cuenta se transformaba en una obsesión.
Otra vez en casa de noche, un viernes por suerte, me senté a hablar con Fabi después de haber acostado a Lara.
- Fabi… ¿Vos me querés? – dije tratando de encontrar una respuesta a una pregunta que ni yo sabia a que iba.
- Mas vale Cami, sabes que te amo y que me haces una persona re feliz.
Sus ojos brillaban con una profundidad infinita que siempre me atrapó. Su cara, su cuerpo, su voz, su todo me hacía suspirar, pero nunca sentí curiosidad por él.
Ese fin de semana se me hizo interminable, estaba esperando a… tomarme, otra vez, el colectivo.
Lunes, despertador, novio, hija, desayuno, 17.
Lo vi., esta vez era demasiado, me acerqué al misterioso joven.
- Está jodido el transito a esta hora.
Una parte de mi detenía cada palabra que tocaba mis labios pero otra, mucho mas fuerte, me hacia pronunciarlas.
- Esto es Buenos Aires, o te comes dos horas de viaje como ganado o te morís de hambre.
Su voz me retumbaba en la cabeza, analicé todas las palabras que dijo, sentía que todo lo había vivido.
- Sí, tenés mucha razón, aparte esta la family. Te veo bastante seguido en este colectivo ¿Cómo te llamás?
Toda mi vida me dijeron caradura pero se ve que esa palabra les quedaba corta. Sentía renovadas fuerzas al hablarle
- Decimelo a mi… Soy Sebastián ¿Vos?
- Camila, mucho gusto.
En ese momento se me olvido el mundo entero: el trabajo, la casa, mi vida, la nena, Fabián.
- Bueno Camila, te invito a tomar un café si no te parece mal. Yo entro a las 9, creo que media hora no está mal.
Acepté. Sebastián tocaba en una banda pero la industria de la música no estaba de su lado, por eso trababa de mozo en un barsucho.
Desde ese día mis ánimos cambiaron, ya no hacia bien mi trabajo, llegar a mi casa era un peso mas, me molestaba hasta mi propio ser. Los únicos momentos en los que sonreía eran todas las mañanas que me tomaba un café con el metalero del bondi.
Era miércoles, ya había viajado tres días, me faltaban dos. Entré a mi casa, el fastidio se convirtió en dolor y este ultimo en furia. Las lágrimas se me escapaban de los ojos.
- ¡Cami! ¿Qué te está pasando? Hace días que estas mal.
Sus palabras eran un puñal helado en todas las partes de mi cuerpo. Sus manos hastías de tanto trabajo no carecían de una delicada caricia sobre mi espalda, mientras rendida en el suelo me preguntaba que era lo malo de todo esto
- Fabi, Fabi… ¿Qué estoy haciendo mal?
Ya me había olvidado cómo se sentía que alguien te quiera de verdad.
Todo estaba bien hasta que me volví a encontrar al bendito músico, pero esta vez de noche. Me invitó a la casa a tomar algo, vivía un tanto cerca de la mía. Accedí. Esa noche fue la más misteriosa, no la puedo explicar. Poco después de partir rumbo a mi casa me invadió la culpa. Decidí contarle lo sucedido a mi pretendiente. Fue la primera vez que vi como sus ojos perdían la magia, sus manos se volvían brutas, su voz dolida y su cara arruinada. Ahí me di cuenta lo que había hecho, o mejor dicho, deshecho.

jueves, 21 de octubre de 2010

Tú, Stan come on (?

Voy a confesarlo. Realmente me asusta crecer. No en el sentido de dejar atrás la niñez y todas esas giladas sino que, me asusta darme cuenta cada día lo difícil que es vivir, lo complicado, rutinario y deprimente que es tratar de florecer, de estudiar, de conseguir trabajo, de comprar una casa y de tener una familia.
 Me da miedo no terminar como yo quiero, no quiero ser una frustrada mostrándole al mundo que tan mal me fue en la vida, yo quiero tener éxito, quiero ser feliz, quiero concretar mis sueños y aspirar a más siempre, JAMÁS quiero ser perfecta, pues es una excusa para dejar de mejorar. Quiero aprender toda la vida, quiero poder discutir, ser de mente abierta, no tener miedo de la verdad. Ojalá, lo errores no costaran tan caros, ojalá la desdicha, el temor, la ignorancia, la vejez nunca se presenten ni en mi ni en nadie. Espero poder ser YO toda mi vida y poder decidir lo que es mejor.

jueves, 14 de octubre de 2010

Fanático ignorante.

El fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, o hacia un pasatiempo o hobby.
Consta de una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento.
Para el fanático no cabe el debate o la búsqueda común de la verdad. El fanático cree poseer la verdad de manera tajante. Afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando a través del cuestionamiento de las propias ideas que representa la crítica del otro. El fanático, pues, se caracteriza por su espíritu maniqueo y por ser un gran enemigo de la libertad. Los lugares donde impera el fanatismo son terrenos donde es difícil que prospere el conocimiento y donde se parece detenerse el curso fluyente de la vida. Un mundo, en definitiva, contrario a la mudable naturaleza humana que en ocasiones se diría anhela la muerte. El fanatismo siempre ha conducido a guerras y a graves desastres. Tras numerosos conflictos sociales, guerras, masacres, limpiezas étnicas e injusticias se halla la intolerancia de muchos fanáticos.
En síntesis, los rasgos que caracterizan al fanatismo son los siguientes:

* Dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad;
* Carencia de espíritu crítico: no se admite la libre discusión acerca de las propias verdades, ni su crítica racional;
* Maniqueísmo: las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices. Además, la diversidad humana suele encerrarse en dos categorías: buenos y malos;
* Odio a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas;
* Autoritarismo: afán de imponer las propias creencia y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma.

Dia de la "madre"

"Espero que puedas venir , hace rato que no te veo ni estoy un rato con vos, y ya te estoy extrañando mucho, te quiero hija aunque nunca me dí el tiempo para demostrartelo, no te voy a cargosear, te mando un besototote. Li"
De verdad hace falta hacer comentarios sobre esto? mmm, lo dejo a su criterio -.-

lunes, 27 de septiembre de 2010

Te siento ACIDO.

No hay palabras sueltas
Sólo los dos aquí
Transgredimos las reglas
Complicidad sin fin
Tu piel me lleva lejos
Tu cuerpo me envió
Beberme todo el whisky
Beberlo sin frenar
Y aquí voy, a beber
Whisky en vos
Recobro los sentidos
El vertigo está en mí
Tu voz y tus latidos
Estallan en mi piel
El whisky entre tu piernas
Voy a beber también
Tu piel y tus gemidos
Sabrán que bien lo haré
Y aquí voy, a beber
Whisky en vos...
Recorro una vertiente
Hasta un lugar en tí
El whisky entre tus piernas
Lo beberé hasta el fin
Afuera nadie logra
poderse imaginar
Lo que el amor nos mueve
Lo que el amor nos da...

Tu recuerdo hace que llore por las noches. ¡¡¡DESAPARECÉ!!!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Ya no se ni lo que siento, tengo ganas de gritar y gritar y gritar e irme BIEN A LA RE CONCHA DE LA LORA!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Santificado sea tu nombre

Siempre digo que cuando una persona muere, alguien tiene que lamentar la pérdida.
ALGUIEN.
Ese alguien está condenado a estar bajo tu asqueroso dominio, a tu sucio autoritarismo. Pobre de él que va a tener que cargar con tu maldad toda la vida. Toda TU vida, cuando ya no estés, cuando tu querido Dios te niegue las puertas del cielo y seas condenada a tu eterna hipocresía, él se va a liberar. De tus presiones, de tus mandatos, de tus PUTAS represiones. Y todos nosotros, mejor dicho, ninguno de nosotros va a lamentar tu muerte. Ninguno de nosotros va a llorar por vos. No, no más.
 Pero cuánta impotencia de que todavía tengas camino por recorrer, vidas por contaminar, mentes por destruir y corromper. Todavía tenés en tus manos un mísero poder, escaso, que ni siquiera está relacionado con vos. VOS, vos mujer, no sos NADA, ya no sos NADIE, sos una basura, una escoria, quisas te queden resabios de lucides, quisas algún que otro espasmo de solidaridad.
 Hay veces que de verdad no te entiendo. De verdad no entiendo como alguien puede tener tanta mierda en la cabeza, porque eso es lo que tenés MIERDA MIERDA y nada más que MIERDA. Ni siquiera viva sos. ¿No te das cuenta que estás sola? Y así vas a seguir el resto de tus días, el resto de la eternidad. Estas perpetuada a seguir sola e infeliz, a ser pobre y miserable. A ser odiada y despreciada. ¿Cómo podés seguir siendo como sos? ¿Cómo CARAJO podés continuar lo que haces sabiendo que lo único que provocas es impotencia, dolor y odio?
Sí, te odio. Y con todo lo que puedo ser. No te das una puta idea de lo que te necesité, no te das una putísima idea de lo feo que es, que lo único que puedas darme es basura.
NO necesito esto, no te necesito. No te deseo la muerte ni el mal, porque JAMAS DE LOS JAMASES voy a ser como vos, nunca voy a seguir tus pasos y daría mi vida por borrar tus huellas para que nadie pueda seguirlas y no me importaría tragarme todo esto con tal de que no se vuelva a repetir. Sos una cadena a la perdición a la cual llevaste, espero que sin darte cuenta, a uno de tus hijos. A varios. A todos.
No espero que seas feliz. No te deseo suerte. No quiero que te cuides. Tu necedad y tu violencia me tienen por la concha. Y ya no me importa que lo sepas.

Every time I look in your eyes
Every day I'm watching you die
All the faults I see in you
How? and why? 

sábado, 28 de agosto de 2010

Mucho para contar, nadie para confiar.

Tengo MILES de dudas, de inquietudes, de desconfianzas, de tristezas y alegrias (pocas, pero algunas hay) pero a nadie a quien confiarselas, nadie quien sonria por las cosas buenas ni que se entristezca por las malas.
Quiero irme a otro mundo, que mi mente vuele y mis pensamientos me estremezcan. Quiero sentirme libre de mis sentimientos, de mis remordimientos, de los ¿Por qué?. Las soluciones son temporales y dañinas, de nada sirve. Necesito confiar en mi, necesito dejar de tener tantos complejos, de ser tan insegura, de ser tan indecisa e histérica. Estoy tan frágil, nadie me escucha :(

lunes, 23 de agosto de 2010

Te han inyectado la doctrina del capital desde que eras un chaval.

Me di cuenta, que la vida que quiero, la vida que sueño es la típica vida de vidriera, tan rutinaria, tan tipica, tan patética ¿Qué es entonces lo que realmente quiero? Estudiar, irme a vivir con mi novio, tener unos hermosos hijos, verlos crecer, hacerse humanos, mientras yo observo el otoño de mi vida a sabiendas de que soy UNA MÁS. Una más que se resignó a sus sueños, a sus derechos, a sus placeres tan solo por cumplir los deseos de otros, de otra sociedad hipócrita que esto es lo que me exigía. ¿Pero cómo tengo que ser? ¿Tengo que alejarme de la sociedad, vivir por mis propios medios?¿Acaso tengo que sobrevivir, pero no vivir?
 23 años de estudios: Jardín, primaria, secundaria, cbc y universidad.
 Más toda la vida de laburar, de ser explotada, de ver el mundo caer, de ver a mis hermanos asesinarse entre sí, bebiendose la sangre y sus recuerdos. De llorar y sonreír falsamente.
No quiero esto, NO lo quiero. Quiero ser yo, quiero vivir MI vida, quiero seguir mi camino y marcar mis pasos, no quiero ser alguien más del monton. No quiero formar parte de TODA ESTA BASURA.
Gracias.


Pasa la vida y todo sigue igual
Encadenados a un hedor social
Y aunque no quieras eres uno más
Pasa la vida y todo sigue igual.


No quiero ser el socio de un banquero, no quiero ser el socio de la policía
No quiero ser el socio del clero, no quiero ser el socio de tus jerarquías
Compañero, voy a vomitar, somos socios de un gremio militar
Fuera de aquí, no quiero colaborar con esta mierda de sociedad

lunes, 16 de agosto de 2010

Nosotros no.

Aquella tarde, cuando tintinearon las campanillas de los teletipos y fue repartida la noticia como un milagro, los hombres de todas las latitudes se confundieron en un solo grito de triunfo. Tal como había sido predicho doscientos años antes, finalmente el hombre había conquistado la inmortalidad en 2168.
Todos los altavoces del mundo, todos los trasmisores de imágenes, todos los boletines, destacaron esta gran revolución biológica. También yo me alegré, naturalmente, en un primer instante.
¡Cuánto habíamos esperado este día!
Una sola inyección, de diez centímetros cúbicos, era todo lo que hacía falta para no morir jamás. Una sola inyección, aplicada cada cien años, garantizaba que ningún cuerpo humano se descompondría nunca. Desde ese día sólo un accidente podría acabar con una vida humana. Adiós a la enfermedad, a la senectud, a la muerte por desfallecimiento orgánico.
Una sola inyección, cada cien años.
Hasta que vino la segunda noticia, complementaria de la primera. La inyección sólo surtiría efecto entre los menores de veinte años. Ningún ser humano que hubiera traspasado la edad del crecimiento podría detener su descomposición interna a tiempo. Sólo los jóvenes serían inmortales. El gobierno federal mundial se aprestaba ya a organizar el envío, reparto y aplicación de las dosis a todos los niños y adolescentes de la tierra. Los compartimientos de medicina de los cohetes llevarían a las ampolletas a las más lejanas colonias terrestres del espacio.
Todos serían inmortales.
Menos nosotros, los mayores, los adultos, los formados, en cuyo organismo la semilla de la muerte estaba ya definitivamente implantada.
Todos los muchachos sobrevivirían para siempre. Serían inmortales, y de hecho, animales de otra especie. Ya no seres humanos: su sicología, su visión, su perspectiva, eran radicalmente diferentes a las nuestras.
Todos serían inmortales. Dueños del universo por siempre jamás. Libres. Fecundos. Dioses.
Nosotros no. Nosotros, los hombres y mujeres de más de veinte años, somos la última generación mortal. Éramos la despedida, el adiós, el pañuelo de huesos y sangre que ondeaba por última vez, sobre la faz de la tierra.
Nosotros no. Marginados de pronto, como los últimos abuelos, de pronto nos habíamos convertido en habitantes de un asilo para ancianos, confusos conejos asustados entre una raza de titanes. Estos jóvenes, súbitamente, comenzaban a ser nuestros verdugos sin proponérselo. Ya no éramos sus padres. Desde ese día, éramos otra cosa; una cosa repulsiva y enferma, ilógica y monstruosa; éramos Los Que Morirían. Aquellos Que Esperaban la Muerte. Ellos derramarían lágrimas, ocultando su desprecio, mezclándolo con su alegría. Con esa alegría ingenua con la cual expresaban su certeza de que ahora, ahora sí todo tendría que ir bien.
Nosotros solo esperábamos. Los veríamos crecer, hacerse hermosos, continuar jóvenes y prepararse para la segunda inyección... una ceremonia -que nosotros ya no veríamos- cuyo carácter religioso se haría evidente. Ellos no se encontrarían jamás con Dios. El último cargamento de almas rumbo al más allá, era el nuestro.
¡Ahora cuánto nos costaría dejar la tierra! ¡Cómo nos iría carcomiendo una dolorosa envidia! ¡Cuántas ganas de asesinar nos llenarían el alma, desde hoy y hasta el día de nuestra muerte!
Hasta ayer. Cuando el primer chico de quince años, con su inyección en el organismo, escogió suicidarse. Cuando llegó esa noticia, nosotros, los mortales, comenzamos recién a amar y comprender a los inmortales.
Porque ellos son unos pobres renacuajos condenados a prisión perpetua en el verdoso estanque de la vida. Perpetua. Eterna. Y empezamos a sospechar que dentro de 99 años, el día de la segunda inyección, la policía saldrá a buscar a miles de inmortales para imponérsela.
Y la tercera inyección, y la cuarta, y el quinto siglo, y el sexto; cada vez menos voluntarios, cada vez más niños eternos que imploran la evasión, el final, el rescate. Será horrenda la cacería. Serán perpetuos miserables.
Nosotros, no.

Que estás vacio de liberacion y estás muy lleno de represión

VACÍA. Estoy VACÍA. Nadie entiende, nadie escucha. Supongo que una vez más, y no me sorprende, estoy sola. No los juzgo, no les echo las cosas en cara, yo jamás los dejaría solos.

domingo, 20 de junio de 2010

Algunos recuerdos invaden mi mente.

Algunos recuerdos invaden mi mente. Estoy acá presa pagando por una injusticia. Ya no vale la pena esforzarse por recordar. Esos oídos vacíos que no oyen. Aquellas personas sin rostro, mintiendo para que mi cuerpo se desenvuelva en la locura. Ya no tengo dignidad, la perdí hace unos años. Aquellas plegarias que invoque demostrándole a mis rodillas el suelo y a mis ojos el cielo, de nada sirvieron. Solo soy un estorbo a la naturaleza y un rejunte de ideas vanidosas y orgullosas que con el tiempo se transformaron en mucho menos que el olvido. Paso mis tardes viendo la triste ventada abarrotada creyendo que con una débil mirada desesesperada voy a conseguir mi tranquilidad. Mi ser se desvanece tras el deseo de desaparecer. Aun son frescas esas palabras que me condenaron a este lugar. Todavía puedo ver sus rostros y escuchar sus llantos. Saborear el desconcierto y oler el miedo. Ya son quince años de recuerdos dolorosos. Este es el momento en el que digo adiós. Mis huesos se pulverizan y mi carne se derrite. Al fin soy libre de decidir y yo decidí mi muerte. Al fin, mi larga agonía acabó.

lunes, 12 de abril de 2010

GRACIAS

JAJA, gracias por poner mala cara, por tratar de querer ser lo mas, lo mas fuerte, lo mas superado. Gracias por siempre tratar de que te chupe el orto, gracias por ser tan buena con migo. Gracias por ser celosa, envidiosa, vanidosa, egoísta, la verdad, que me hace falta muchísima gente que sea así. No sé, no sé que más hacer, no se quién sos, no se qué querés, no se nada de vos, sos una desconocida. Ya no damos para más, hablamos y re hablamos de todo, te dije lo que me pasaba, lo que sentía y lo que me hacias sentir, ufff, pero que lindas que son mis palabras cuando salen del orto de una personas llenas de mierda.
 Gracias amiga, gracias.

viernes, 2 de abril de 2010

Hipócrita

Odio la hipocrecia pero a veces es infaltable, ¿O me equivoco? Te tengo que ver, te tengo que saludar, abrazar, contarte de mi vida, cuando vos te cagaste en mi. ¿Todo por qué? Por sus ganas de joder, de sentir que tiene poder, de que todavia alguien la merece. El amor siempre le ganó al miedo, es algo que nunca entienden.
Pero mi plazo ya vencio, mi corazon, mi respeto, mi mente, mi todo le pertenecen a otras personas y por más de que ahora me digas que me quieras y que me compres un par de pelotudeces no vas a hacer que eso vuelva.
Me hiciste mucha falta, me dejaste sola, te extrañé, te quise, te tuve esperanza. Pero ya está. Ya aprendi, ya encontre candela, ya tengo a gente que me quiera. No me haces falta.

sábado, 27 de marzo de 2010

Animales

A veces se plantea que la igualdad animal es una idea utópica, que es imposible que todo el mundo sea vegano, que siempre se ha explotado a los animales y que se seguirá haciendo... pero que no podamos erradicar una injusticia por completo no justifica que participemos en ella. Aunque no los veamos, los laboratorios donde ensayan nuevos fármacos, los mataderos, las redes de pesca, están ahí y continúan suponiendo la muerte y sufrimiento de millones de animales cada hora. Podemos cambiar el destino de miles de individuos si dejamos de participar en su explotación. Cuando decidimos no consumir productos de origen animal, no vestirnos con su piel o pelo, no acudir a espectáculos que los utilicen, la igualdad animal deja de ser utópica para convertirse en realidad. Realidad para todos los animales que no morirán para acabar en nuestro plato o en nuestros pies convertidos en zapatos. Realidad porque supone un escalón más hacia el cambio social que buscamos: el fin de la discriminación hacia los demás animales: el fin del especismo.
Uno de los pasos más importantes y eficientes para ayudar a los demás animales es dejar de utilizarles. La demanda que realizamos de productos y servicios que provienen de su utilización como recursos hace que estos sean criados, confinados y matados. Pensemos un momento en Inglaterra, donde hay más de 250.000 veganos. Pensemos que mañana deciden todos comer animales. Está claro que tendrían que ser criados y matados muchísimos más animales para satisfacer esa demanda. Esto nos indica que cada vez que alguien se hace vegano, está en cierta forma salvando la vida a muchos otros animales que padecerían diversos sufrimientos y finalmente serían matados por sus hábitos de vida.
A diferencia de otros movimientos de liberación, en éste los individuos oprimidos no pueden amotinarse,organizar manifestaciones... son esclavos desde el momento en el que nacen hasta el que mueren. Miles de animales mueren cada segundo, es necesario y urgente que alcemos la voz por ellos, que contribuyamos a que más gente cuestione el especismo y lo supere. Hablar con nuestros amigos o familiares sobre el tema, organizar una charla en nuestro instituto, dejar folletos en bibliotecas, pedir que en el restaurante de la facultad haya opción vegetariana, son actos que sin duda ayudan a infinidad de ellos. Cuanto más acceso tengamos a información, más probabilidades habrá de que otros pongan fin a su utilización.

http://www.igualdadanimal.org/activismo

lunes, 18 de enero de 2010

Por esa pendeja

17-01-10


-     ¿Qué pasa mi amor?
-    Emm, ¿Podés venir para casa? Te tengo que decir algo re importante.
Siempre tan directo. Accedí, no tenía otra opción. Justo estaba comprando unas fotocopias para el colegio con Ezequiel Sparda, un amigo.
Su casa no quedaba a más de 5 cuadras, y como ese día no tenía doble jornada, fui hasta el edificio de Fernando, hasta ese momento, mi novio. Ezequiel me acompañó asta allí, pero le pedí que me esperara en la puerta, pues si iba a ser rechazada, prefería que fuera en privado.
-    ¿Qué pasa mi amor? – le repetí
-    Mirá, quisiera hablar sobre lo nuestro, nuestra relación – carraspeó- no da para más Zoe...
Puff, si por cada idiota que me tocara me dieran un peso, ¡Sería millonaria! “no da para más” tenés otra querido.
Por más de que mis pensamientos y suposiciones prematuras fueran completamente seguras y acertadas, no significaba que no me dolieran
“Espero que ESA te de todo lo que yo dí por vos.” Pronuncie esas palabras lo más firme que pude, me dí media vuelta con la frente en alto y al cruzar la puerta agarré de la muñeca a Eze. Caminamos así un largo rato, no me atreví a verle la cara, no quise frenar, yo lo estaba guiando a vaya a saber qué lugar.
 Nuestra caminata fue interrumpida por su voz.
-    Che Zoe, ¿A dónde carajo me llevas?
Mientras lloraba desconsoladamente, corregí mi voz.
-    A donde cagó el conde boludo.
Nos sentamos en un banco a charlar, le conté lo que me había pasado y lloré, no mucho, no valía la pena.
Esa noche mis amigas me llevaron a un boliche. Quise distraerme, tomé, comí, fume, cogí. Hice todo lo que no se tiene que hacer, y en una noche.
Resaca. Me tocó enfrentarme con la tan temida resaca. No solo del alcohol, sino por toda la mierda que me había echo. Pensé que era hora de deshacerme de lo que me hace mal, de ya no volver por ello y seguir destruyéndome.
“No más tequila, no más coca, no mas faso, no más sexo sin forro, no más café ni chicos que te rompan el corazón.”
¡Como si fuera tan fácil no tener chicos que te rompan el corazón! Ojalá tuviera una vacuna contra ellos y cada uno que se me acerque con intenciones de hacerme parte de la suela de sus zapatos, moriría, bajo el odio y el rencor.
Ojalá, también, tuviera la vacuna del olvido. Contra la imaginación de lo peor, y contra la fisura de cráneo por pensar tanto y tanto.
Mientras inventaba esas curas mágicas e utópicas, tirada boca abajo en el sofá del living encontré un libro polvoriento. Sin otra cosa que hacer lo comencé a leer.
 Después de ese libro, encontré otro, que me lo devoré. Y así otro, y otro más. Estaba sedienta de aquellas historias tan increíbles.
 “Y alzó su espada contra los dragones, morir allí sería un honor para un fiel caballero…”
“Y después de aquel tierno beso, la lluvia cesó y coloridos arco iris se pintaban en el cielo…”
“Sostenga a la mujer en sus caderas delicadamente, y mientras acaricia su clítoris, trate de penetrarla, es el momento donde la va a poder encontrar más excitada…”
… Sólo en los cuentos.
Wow. Era una tibia mañana de Julio. Esos meses eran completamente fríos y encontrar una temperatura como esa, era una bendición para todos, hasta para los satánicos.
 Pasaron mil y una ideas sobre qué hacer, pero UNA, dominó sobre las demás. ¡SEXO, DROGAS, ALCOHOL Y HEAVY METAL!
Fue, ya me chupaba un huevo todo. Me fui a un Pub trucho, me cené a todos los pibes que pude. Algunos los recuerdo, y a los primeros hasta recuerdo su olor. Los intermedios solo recuerdo que me enredaba en sus largas cabelleras súper powermetaleras y los últimos… solo me queda, de algunos, su número anotado en la remera.
A los dos días, la noche había mostrado ser tan hermosa y esplendorosa como nunca. No podría perdérmela sola en mi casa, viendo los estúpidos “Realty” shows en Vh1. Encontré en una plaza una reunión hippie y me uní a ellos. Una guitarreada con unos muy buenos fasos toda la noche.
Y así. ¿Qué escuela? ¿Qué amigos? ¡Já! Aguante la joda, aguante el rock and roll.
Mi vida se estaba cayendo por un barranco y a nadie parecía importarle.
Ya empezaba a calentar la primavera. Unos contactos me consiguieron éxtasis y me invitaron a una fiesta electro. No me negué, está bueno probar cosas nuevas ¿O no?
 Pasé toda la noche bailando, transpirando, volando con mi mente, tomando agua y más agua. Lamentablemente, llegó lo que con tanta frecuencia llega, el final. Esta vez, no algo tan grave. De allí, agotadísima, fui al colegio.
¡Pero que chica tonta! Me había olvidado que tenía examen de Educación Física. Buen, no me quedaba otra, traté de hacer los 20 minutos de trote ligero. No llegué ni a 2 minutos que ya estaba en el piso, con los profesores soplándome, subiéndome los pies y mojándome la cara. Tenía mucho sueño y decidí dormir, quizás no el mejor momento, pero cuando se presenta una oportunidad es mejor aprovecharla.
 Me llevaron al hospital y cuando desperté de esa tan reconfortante siesta vi que a mi lado se encontraban decenas de cartas de mis amigos. Mis tan olvidados amigos. Siempre quisieron lo mejor para mi. Que lástima que nunca lo demostraron.
Me llevaron a mi casa a cuestas. Apenas vi el sillón, corrí hasta él y me tiré a dormir.
No sé si fue un sueño o qué, pero los primeros días de estar en mi casa sin moverme, habían unas cálidas y tiernas manos que me acomodaban el pelo, mojaban mis ojos y me traían los vasos de agua. Pero de lo que estoy segura, es que cuando tomé conciencia de mi misma, estaba en mi cuarto y Ezequiel me estaba cuidando amorosamente.
-    Che guacho, ¿Qué hacés acá? – le dije mirándolo a los ojos
-    Te estoy cuidando guacha – se burló
En ese momento encontré la vacuna para los malos hábitos. Lo había encontrado a él…

Después de dos semanas, de hacer reposo y cada tanto hacer unas tranquilas caminatas junto a Ezeque, empecé a recuperarme de la cabeza, del estómago y del corazón. Me fui a mi cama y él me trajo una rica sopa cremosa de verduras.
Charlábamos de lo más bien cuando tocan la puerta de mi cuarto
-    ¿Quién es? – grité
-    Te vino a ver alguien – dijo bien convencida mi decepcionada madre
-    ¡Hacélo pasar!
 Vi que la puerta se abría y tras ella, aquel vil rostro.
-    Largate de acá ¿Querés? – exclamó Ezequiel
-    Pará pará, no es tu casa ¿si? Aparte, ¿Quién te crees que sos hablándome así estando con mi novia? Me parece que el desubicado y el que se tendría que ir de acá sos vos Ezequielsito – dijo Fernando
Que situación más incómoda, era obvio que iba a optar por el Sparda, mil y una veces.
Detuve el griterío, le pedí a mi amigo que sostenga el plato de comida, me paré y hablé con Fercho.
-    No podés entrar así como así a mi casa, perdón, a mi cuarto y empezar a gritarle al primer flaco que te trate ubicar. Te pido por favor que te vayas y que nunca más te aparezcas en mi vida, lo nuestro terminó hace mucho.
Bajé la cabeza y abrí la puerta, esperando a que se vaya y me dejara en paz, a mi y a mi nueva vida.
Ezequiel se quedó boquiabierto y me felicitó por tomar decir cosas tan ciertas. Mi explicación fue “no puedo seguir bancándome cualquier cosa, de CUALQUIER persona.”
-    Che Zoe, ¿A dónde carajo me querés llevar?
Analicé unos segundos esa frase, rosé sus rosas mejillas con mi mano, y le dí un beso.
-    ¿Sufi? – le dije al oído
Se echó a reír, me agarró de la cintura y nos acostamos en mi cama. Yo estaba muy cansada y dormí. Esta vez, ya no tenía apuro de nada.

MUERE

Apenas crucé la puerta de nuestro departamento me saqué los zapatos así no más y revoleé la cartera por encima de la mesa de entrada. Fui directo a la cocina para buscar algo bien rico, dulce y grasoso, eso me ayudaría al mal humor.
- ¿Estás bien Sofi?
- Perfecta, no me falta nada. – le dije sin mirarlo y concentrada en mi búsqueda por la comida.
Sebastián levantó una ceja y al rato insistió:
- No la pasaste bien, ¿no?
- Já, la pase bárbaro mi amor, la mejor noche de todas – terminé mi búsqueda, agarré un alfajor y lo esquivé, dirigiéndome al sofá – la más romántica SIN DUDAS
Me siguió hasta allí sin decir nada, esperando a que yo se lo explicara…
- ¡Ah! Capas te habías olvidado de esta noche. Feliz aniversario, gracias por traer a todos tus amigos y que hayan contribuido con sus estúpidos chistes.
Saqué del borde de la pollera una carta y prendí la tele. Sebastián quedó muy sorprendido por lo que le había dicho, y yo, sentía que no había mayor placer que cerrarle el culo a alguien.
“Ya entiendo todo” me alzó en sus firmes y musculosos brazos y me llevó hasta la cama, ésta se encontraba cubierta por pétalos de rosa y rodeada de velas aromáticas.
- Pero creo que tu impaciencia siempre te lleva a lo mismo, ¿O me equivoco Sofía?
Estaba realmente avergonzada, encima de que me hizo pasar una noche muy aburrida y ordinaria me hacía pasar vergüenza y me recriminaba las cosas. Tomé una tijera y se la clavé en el ojo. Que sensación tan placentera, hasta ese momento, era mi mejor noche. Corrí a la cocina y cuando regresé con el lo degollé. Y comencé un arduo trabajo de bisección.
Lo primero que le amputé fue su pene, luego los testículos. Me aseguré que fuera un trabajo muy limpio y fino.
Luego le saqué el corazón, las manos y los ojos.
Después el pelo y la piel.
El resto de las cosas las preparé en un puchero y los huesos los mezclé con la cal viva, y preparé sandías en almíbar.

Y esa es mi historia, muy rica debo aclarar. Nada mejor que un rico puchero de sesos y músculos. Ahora su piel se convirtió en la mía, ya no puede fastidiarme, excepto en los días de calor, que las camperas de cuero no se pueden usar.
Siempre lo amaré.

domingo, 3 de enero de 2010

But I'm a creep,
I'm a weirdo
What the hell am I doin' here?
I don't belong here