Quieren imponernos una diversidad que se reduce a lo aceptable por la sociedad de control y su moral perversa e hipócrita. Quieren enseñarnos a amar, quieren enseñarnos la belleza, quieren enseñarnos como hablar y como movernos, quieren enseñarnos que pensar. La diversidad es inmensa, excede sus leyes, excede su mezquina aceptación condicionada, excede el control social que intentan ejercer sobre cada uno de nosotr@s.
domingo, 20 de junio de 2010
Algunos recuerdos invaden mi mente.
Algunos recuerdos invaden mi mente. Estoy acá presa pagando por una injusticia. Ya no vale la pena esforzarse por recordar. Esos oídos vacíos que no oyen. Aquellas personas sin rostro, mintiendo para que mi cuerpo se desenvuelva en la locura. Ya no tengo dignidad, la perdí hace unos años. Aquellas plegarias que invoque demostrándole a mis rodillas el suelo y a mis ojos el cielo, de nada sirvieron. Solo soy un estorbo a la naturaleza y un rejunte de ideas vanidosas y orgullosas que con el tiempo se transformaron en mucho menos que el olvido. Paso mis tardes viendo la triste ventada abarrotada creyendo que con una débil mirada desesesperada voy a conseguir mi tranquilidad. Mi ser se desvanece tras el deseo de desaparecer. Aun son frescas esas palabras que me condenaron a este lugar. Todavía puedo ver sus rostros y escuchar sus llantos. Saborear el desconcierto y oler el miedo. Ya son quince años de recuerdos dolorosos. Este es el momento en el que digo adiós. Mis huesos se pulverizan y mi carne se derrite. Al fin soy libre de decidir y yo decidí mi muerte. Al fin, mi larga agonía acabó.
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Basta de muertos,
Lápiz y papel
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